MERCADOS EN LATINOAMÉRICA 


Esperando tomar nuestro jugo multivitamínico.
   Después de un buen tiempo con el tintero seco, vamos a dedicarle esta re-apertura o re-inspiración a los mercados latinoamericanos, esos que encontramos en cada ciudad a la que visitamos, donde los colores y los olores abundan, las verduras y las carnes prevalecen, y las comidas calentitas se sirven en los platos con un gran cucharón para ser degustadas en pocos minutos tanto por un trabajador, un local o un viajero como nosotros que buscan los platos típicos abundantes, baratos y sabrosos. 
   Les dejamos un hermoso texto de Galeano que describe sensaciones únicas, junto con algunas fotos personales de nuestro viaje por los mercados.

  
    "La ciruela gorda, de puro jugo que te inunda de dulzura, debe ser comida, me enseñaste, con los ojos cerrados. La ciruela remolacha, de pulpa apretada y roja, es para comerla mirándola. 
    Te gusta acariciar el durazno y desnudarlo a cuchillo y preferís que las manzanas vengan opacas para que uno pueda arrancarles el brillo con las manos. 

    El limón te inspira respeto y las naranjas te dan risa. No hay nada más simpático que las montañas de rabanitos y nada más ridículo que el ananá, con su coraza de guerrero medieval. 
    Los tomates y los morrones parecen nacidos para exhibirse panza al sol en las canastas, sensuales de fulgores y perezas, pero en realidad los tomates empiezan a vivir su vida cuando se mezclan con el orégano, la sal y el aceite, y los morrones no encuentran su destino hasta que el calor del horno les deja en carne viva y las bocas nuestras los muerden con ganas.

    Las especias forman, en el mercado, un mundo aparte. Son minúsculas y poderosas. No hay carne que no se excite y eche jugos, carne de vaca o de pez, de cerdo o de cordero, cuando la penetran las especias. Nosotros tenemos siempre presente que si no fuera por las especias no hubiéramos nacido en América y nos hubiera faltado magia en la mesa y en los sueños. Al fin y al cabo fueron ellas las que empujaron a Cristobal Colón y a Simbad el Marino. 

    Las hojitas de laurel tienen una linda manera de quebrarse en tu mano antes de caer suavemente sobre la carne asada o los ravioles. Te gustan mucho el romero y la verbena, la nuez moscada, la albahaca y la canela, pero nunca sabrás si es por los aromas, los sabores o los nombres. El perejil, especia de los pobres, lleva una ventaja sobre todas las demás: es la única que llega al plato verde y viva y húmeda de gotitas frescas."

Eduardo Galeano. 



Degustando un mangostino. Delicia de la zona.










Jugos preparados con hielo del volcán.

Cangrejos de río.

 


Vendedoras de frutas.

Imagen que sorprende. Miles de pollos esperando su olla.



Cuando descubrimos que existen más de 10 tipos de bananas.